Es imposible fijar fechas de comienzo de celebración de la noche del 30 de abril en Pedro Muñoz, la gente lo recuerda desde toda la vida. Es en esta noche cuando grupos de jóvenes se reunían para cantar el Mayo. Por la poca iluminación que tenía el pueblo, portaban farolas, las cuales llevaban tres velas, una para la Virgen, otra para el Alcalde y la última para la moza de su interés. Una vez cantados los Mayos se entregaban las respectivas velas. Las mozas escuchaban los cánticos disimuladamente tras las rejas de sus ventanas, con las fachadas enjalbegadas (dadas de cal), esperando que el mozo que la requería en amores dibujara una Cenefa, pero si por el contrario no era el mozo de su agrado, este tiraba un bote de pintura a la fachada de la moza, en respuesta a su negativa. Este acto se denomina enramá.
En resumen, el Mayo auténtico nace aquí, su composición esta hecha para tal fecha, y su música, su palabra, su valor, es solo para esa noche. Sus letras rezuman sabor ancestral, lírica popular; son ingeniosas, picaresca, ingenuas. Para oír el Mayo hay que oírlo en la noche del 30 de abril y en la madrugada del primer día de mayo, y en PEDRO MUÑOZ